Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo, atraviesa una crisis tan severa que al menos un cuarto de su población necesita asistencia humanitaria que va desde la urgencia por un medicamento para sobrevivir a un bocado de comida que actualmente escasea en miles de hogares.
En la última década, el país caribeño pasó de ser el de mayores ingresos de Suramérica por venta de petróleo al principal exportador de emigrantes de Latinoamérica con una cifra que, según las estimaciones más modestas ronda los 4 millones de personas y hasta ahora no para de crecer.